Comienza la cuenta atrás para la gran boda del año. Rafa Nadal, uno de los deportistas más laureados del mundo, se casa con su novia de toda la vida, Mery Perelló. Catorce años ha durado su solido y discreto noviazgo que comenzó cuando apenas eran unos adolescentes. Ella tenía 17 años y era compañera de clase de Maribel, la hermana de Rafa, en el colegio Pureza de María, y él, 19 años, y ya era una joven promesa del tenis mundial. Ambas familias se conocían y mantenían una bonita amistad.
Rafa Nadal era ya una joven figura del tenis, que había triunfado en varios campeonatos importantes, y su vida, dedicada a los entrenamientos, los viajes y los torneos, empezaba a ser la de un deportista de élite. Pero en 2005, además de ser el año en el que empezó a salir con Mery, ganó el Abierto de Mónaco y se proclamó campeón de Roland Garros.
Ella se convirtió en su máximo apoyo y su indiscutible talismán. Le acompañaba cuando podía a sus torneos y le aportaba la estabilidad anímica y emocional para llegar a lo más alto. La primera vez que ganó Roland Garros allí estaba su flamante y jovencísima novia en la grada y así, año tras año, hasta convertirse en el deportista español más laureado de todos los tiempos.
El verano de 2005 Rafa y Mery fueron fotografiados juntos por primera vez y ya no se separaron nunca. Mery viaja junto a Rafa y su equipo siempre que puede. Es habitual verla sentada en las gradas, animando al campeón o sufriendo a su lado. Ella siempre ha estado a su lado en las victorias pero también en los fracasos.
Tanto Rafa como Mery son tremendamente discretos con su vida privada. Aparecen en contadas ocasiones juntos, en las fiestas de los torneos o en cenas benéficas como las que organiza la Fundación Rafael Nadal, donde Mery trabaja como directora de proyectos y que preside la madre de Rafa Nadak, su futura suegra Ana María Parera, con quien se lleva estupendamente.
Algunas veces han sido fotografiados durante sus vacaciones, sobre todo, a bordo del Beethoven, el barco que acaba de poner a la venta Rafa, disfrutando del mar Mediterráneo y de la belleza de las Islas Baleares. Ambos son amantes del mar y de los deportes náuticos.
Ambos son unos enamorados de su tierra natal, de sus playas, sus atardeceres, del mar Mediterráneo y de las costumbres españolas. Por ello han elegido Mallorca, la tierra donde nació su amor y donde vive su familia y sus amigos de toda la vida, para darse el ‘sí, quiero’.
Mery lleva catorce años de la mano del campeón y forman una de las parejas más atractivas del circuito de tenis mundial. María Francisca, a quien los medios de comunicación bautizaron Xisca, a pesar de que entre los suyos nadie la llama así, siempre ha estado cerca del tenista y ha mantenido una estupenda relación con la familia de Rafa. Juntos les hemos podido ver en todos estos años en muchos torneos, apoyando a Rafa Nadal desde las gradas.
Son contadas las veces en las Rafa Nadal publica fotos con su novia, ya que siempre ha intentado mantener su vida privada en un segundo plano. Una de las veces fue durante un romántico viaje a Basilea en el año 2015. Entonces la pareja no tenía planes de boda, pero eran inseparables. Rafa no atravesaba su mejor momento a nivel deportivo. “Este no ha sido el mejor año de mi carrera y no solo por los resultados, sino por sensaciones en la pista en competición y entrenamientos”, declaró. “Son sensaciones nuevas para mí porque el control de mí mismo, de mis emociones y de mi mente no me había fallado nunca hasta este año”, dijo, aunque aseguró que nunca ha pensando en “tirar la toalla”, ni ha perdido la ilusión.
El beso del triunfó llegó en 2016 en Montecarlo. Rafa Nadal se fundió en un apasionado beso con su novia tras alzarse como campeón del torneo. Era una victoria muy necesaria para el tenista que llevaba dos años sin ganar en un Masters 1000 y su novia, siempre muy discreta, no pudo o no quiso reprimir la emoción y felicitó a su chico como se merecía nada más terminar el partido. “Ha sido un año complicado, un año en el que he sufrido más de lo habitual y no por perder, porque al final perder es parte del deportista, pero a nivel mental había experimentado sensaciones extrañas”, confesaba el tenista manacorí.
En noviembre de 2016 se tomó un respiro en la competición. Rafa Nadal anunció que no volvería a competir ese año dado que quiere recuperarse por completo de las molestias que le causa una lesión que se hizo en la muñeca, que le hizo abandonar en Rolad Garrós y perderse Wimbledon. En este tiempo se dedicó descansar y la mejor terapia fue hacerlo en buena compañía. Mery Perelló se convirtió en su mejor medicina.
En Mallorca y en su yate es donde logra desconectar después de cada torneo. Una de sus grandes pasiones que comparte con Mery es el mar y la navegación, una afición que ahora disfrutarán a bordo del nuevo yate que se ha comprado el deportista. “Soy de Mallorca, una isla preciosa, y siempre he vivido a caballo entre Manacor y Porto Cristo, así que siempre cerca del mar. Cuando era niño mi padre tenía un barquito y nos encantaba salir y bucear, hacer todas las actividades posibles en el mar. Ese medio me sigue encantando y hoy en día mi vida sin él me resultaría difícil de imaginar”