Rafael Nadal y su esposa, María Francisca “Xisca” Perelló, disfrutaron de un almuerzo en el lujoso restaurante Nobu en Melbourne, pero parecieron tensos durante la comida. Aunque la pareja intercambió algunas palabras animadas, se notaba una atmósfera de incomodidad.
En un momento, Xisca colocó su cabeza entre las manos mientras Rafael la observaba con expresión seria. Ambos lucían tristes y distantes, con una botella de agua entre ellos.
Durante el almuerzo, Xisca señaló lo que parecían ser palillos verdes hacia Rafael, sus ojos muy abiertos en dirección al atleta. A medida que la comida avanzaba, Nadal continuó hablando animadamente, gesticulando con las manos, mientras Xisca parecía cada vez más tensa, incluso limpiándose la nariz con una servilleta blanca.
Cuando Rafael hablaba, Xisca sostenía lo que parecía una vaina de edamame cerca de su boca, mostrando poco interés. Al salir del restaurante, aunque caminaron juntos, se mantuvieron a cierta distancia el uno del otro. Nadal, actual número 2 del mundo, lucía una sudadera blanca, gorra y pantalones cortos negros, mientras que Xisca llevaba una camisa sin mangas y una bufanda floral.
La pareja ha estado junta desde 2005, y en 2011, Xisca comentó en The Telegraph: “Incluso si mi familia me pregunta por Rafael, prefiero no decir mucho. No me siento cómoda hablando de estas cosas, ni siquiera en privado. Es lo que nos funciona a nosotros como pareja, y no lo cambiaríamos por nada del mundo.”